Naciones Unidas, 24 sep (Prensa Latina) El presidente de Colombia, Gustavo Petro, pronunció hoy aquí un enérgico discurso en el que pidió a los pueblos luchar para derrotar a la oligarquía mundial, cuya ambición conduce a la humanidad a su extinción.
El gobernante comenzó su alocución afirmando que a los países menos poderosos no se les escucha en Naciones Unidas y que es el momento entonces de hablarle a las personas corrientes.
Según manifestó, es el poder de la destrucción de la vida lo que da volumen a la voz en el recinto y congrega a la mayoría de sus representantes y delegados, en tanto no se tiene en cuenta el criterio de quienes piden unir el esfuerzo humano en pos de la existencia.
Consideró en el Debate General de ONU que es en la desigualdad alcanzada, la mayor de la historia, donde está la lógica de la destrucción masiva desatada por la crisis climática y las bombas que suelta un criminal como Benjamin Netanyahu sobre Gaza, en Palestina.
Petro aseveró que los presidentes de los países más fuertes de la tierra obedecen al uno por ciento más rico porque ellos pagan sus campañas, son dueños de medios de comunicación, ocultan la verdad de la ciencia y que, en su sentir mercantil, provocan la destrucción de la vida.
Estimó entonces que el libre mercado no es la libertad sino la maximización de la muerte.
«La poderosa oligarquía global es la que permite a que se tiren bombas a los niños, mujeres, ancianos y niños de Gaza, el Líbano o Sudán. Que se bloqueen económicamente los países rebeldes que no encajan en su dominio como Cuba o Venezuela porque necesitan mostrar su poder de destrucción al 99 por ciento restante de la humanidad», sentenció.
Aseguró que ya no es la hora de los gobiernos, sino la de los pueblos para actuar localmente y concertar mundialmente.
«Quizás la palabra socialismo hoy tiene una nueva significación. Los cerebros que son la base verdadera del trabajo hoy están más conectados que nunca, hoy el saber humano es más colectivo, ayudarnos siempre fue la magia que nos permitió sobrevivir durante un millón de años», afirmó.
El presidente colombiano se refirió a esa contienda de los pueblos como a una batalla que constituye una revolución mundial.
«Necesitamos construir el mayor ejército de todos los tiempos compuesto por guerreros de la vida, que no tendrá las armas de la oligarquía global, ni manos llenas de los dineros de los bancos, ni el poder de destrozar a los niños en los genocidios, pero tendrá el mayor poder de todos: el de una humanidad unidad que no se dejará quitar su humanidad», exclamó.
Reiteró que ya pasó la hora de intentar dialogar con gobernantes insensibles, sino de dirigirse a los pueblos para concertar las acciones comunes.
«En medio de ese poder de la humanidad convertida en conciencia actuante aparecerán nuevos gobiernos, nuevos liderazgos. Si la vida vence a su extinción ya no será la oligarquía global la que gobierne el mundo, será derrocada para construir una democracia global. Una nueva historia está por comenzar», concluyó.